El alcohol es hoy parte importante en numerosas actividades asociadas al placer y diversión; en caso de que seas de los que creas que a ti no te pasa, que tú sí aguantas y no hay problema en subirte a tu carro después de una noche de fiesta; este artículo te hará pensarlo dos veces antes de hacerlo nuevamente.

El alcohol altera nuestras capacidades cognitivas. Concentraciones de alcohol mínimas, de entre 0.2 y 0.4 gramos por litro ya afectan significativamente nuestras capacidades de atención. Somos menos capaces de resistir a las distracciones, nos cuesta más cambiar nuestro foco atencional de un estímulo a otro, y la habilidad de atender a varias cosas a la vez se ve disminuida. Además, también se reducen nuestras capacidades perceptivas y motoras, tardando más tiempo en reaccionar ante las cosas que suceden en el entorno. Por otra parte, el alcohol hace que tengamos una falsa sensación de seguridad, subestimando los riesgos y haciéndonos más proclives a comportamientos agresivos.

Y, como no podía ser de otro modo, estos cambios nos transforman al volante. De hecho, conducir ebrio es el mejor predictor de los accidentes de tráfico. Y es que para manejar un vehículo adecuadamente hace falta estar en perfectas condiciones cognitivas. Es necesario percibir bien las distancias entre los coches, reaccionar con rapidez y precisión, recordar las normas de circulación, autocontrolarse, ser mentalmente flexible para valorar las distintas situaciones y tomar decisiones ajustadas a cada una.

Si esto no te es suficiente para tomar conciencia y sigues con la creencia de poder manejar después de haber ingerido bebidas alcohólicas, te dejamos algunas consecuencias de ingerir alcohol en exceso:

CEREBRO: Tomar alcohol lleva a una pérdida de coordinación, pérdida de juicio, lentitud reflexiva, distorsión de la visión, pérdida de la memoria y hasta desmayos.

ESTÓMAGO: El alcohol es tóxico, por lo que el vómito es inevitable si ingieres demasiado o a un ritmo acelerado.

CORAZÓN: Ingerir alcohol eleva tu presión, eleva el ritmo cardíaco, pulsaciones anormales y a largo plazo puede aumentar el tamaño.

Beber en exceso también puede:

Hacer más difícil el control de la presión arterial alta si usted ya tiene presión alta.

Llevar a problemas cardíacos en algunas personas.

 

Fuente: Secretaria de Transito