Cuando preguntamos a nuestros amigos cómo calientan sus motocicletas antes de emprender la ruta, son múltiples las respuestas, van desde quienes la dejan un largo rato encendidas, hasta aquellos que solo giran la llave, dan estarte e inmediatamente emprenden camino. Por eso, hoy trataré de aclarar algunas dudas y mitos para que entendamos cual es la técnica más recomendada para cuidar el motor de nuestra motocicleta.

En las mañanas como parte de la revisión básica de la moto antes de salir de la casa (chequear tensión de cadena; revisar estado y presión de las llantas; inspeccionar niveles de aceite, líquido de frenos y refrigerante; verificación de luces; etc.), es importante también dejar que el motor alcance su temperatura óptima de funcionamiento, lo cual permite una adecuada lubricación y por consiguiente, las piezas internas que están sometidas a exigentes cargas térmicas y mecánicas estarán bien protegidas.

¿POR QUÉ CALENTAR EL MOTOR?

A primera hora el motor de nuestra motocicleta se encuentra frío y el lubricante asentado en el fondo del cárter.
El metal se comprime cuando se enfría y se expande al calentarse, esto se produce porque el aumento de la temperatura incrementa la energía interna de las partículas, elevando así el grado de agitación de éstas (cada una comienza «a vibrar» y se separa de la que tiene a su lado). Por otra parte, cuando el calor desciende, las partículas poco a poco disminuyen su vibración y se van acercando hasta encontrarse nuevamente una al lado de la otra. Es por esto, que los motores de combustión interna presentan ciertos niveles de tolerancia en sus componentes internos, y muchos fabricantes empezaron a emplear recientemente recubrimientos cerámicos o de Nanosil, con el fin de mejorar notablemente la dureza y resistencia al rayado, ofreciendo así mejor tolerancia a las variaciones de temperatura e incrementar la vida útil de los componentes. En igual sentido, el aceite del motor no solo cambia de temperatura, sino que también se asienta en el fondo del cárter y los aceites fríos inhiben la capacidad de bombeo y la fluidez, lo que aumenta el riesgo de una avería de la película y la cuña hidrodinámica; es por esto, que siempre debemos elegir la viscosidad del lubricante recomendada por el fabricante en el catálogo de su motocicleta.

Así las cosas en las mañanas, el motor de nuestra motocicleta se encuentra frío y el lubricante asentado en el fondo del cárter. Un arranque en frío someterá al pistón a calor extremo muy rápidamente, además de fricción (se estima que en este momento es cuando se produce el mayor desgaste de un motor), sin antes permitirle que se caliente, esto puede causar la expansión rápida de los materiales y por consiguiente algún rozamiento indebido, así como otros problemas de arranque en frío. Esto se puede evitar aumentando gradualmente la temperatura de la moto al calentarla, conforme se incrementa la velocidad de rotación (Rpm).

“No se alcanzan las holguras óptimas de las partes internas de un motor hasta lograr las temperaturas normales de funcionamiento de la moto”. John Skuzinski, Gerente de desarrollo de AMSOIL

Casi todos los motores trabajan en el rango de los 90 y los 110 grados centígrados. Lo más recomendado entonces, es calentar la moto en ralentí solo un par de minutos, mientras se abrocha la chaqueta, se pone el casco y los guantes, luego empiece a recorrer las primeras cuadras sin exigir el motor hasta que este tenga la temperatura adecuada (se calculan unos 5 minutos); evite a toda costa las aceleraciones a altas revoluciones con el motor frío y la moto quieta.

Sin embargo, hay voces que recomiendan entrar en movimiento tan pronto se apagan los testigos, por aquello del consumo de combustible estando detenidos, porque el motor requiere una dosis adicional de gasolina que se aporta con el ahogador (choke) o la electrónica, consumiendo más gasolina cuando se está quieto que cuando vamos ya en movimiento. Pero también es importante tener en cuenta que se necesita un mínimo de tiempo para que la lubricación sea la adecuada.

Un hábito perjudicial para su motor, y el medioambiente, es dejarlo calentando en el garaje durante mucho tiempo. Sucede que la mezcla cuando el motor está frío es muy rica en gasolina y eso barre el aceite que hay en los cilindros. Y luego, genera carbón un enemigo de la durabilidad del motor.

Otra cosa que debemos tener en cuenta son las llantas, que también deben tomar su tiempo de calentamiento, sin exigirlas los primeros kilómetros y algo que pocas veces pensamos, es que el piloto también debe ‘calentarse’ esto implica despejarla la mente y mentalizarse para la conducción, no andar por la calle despistado viendo lo que no necesita para la conducción.

 

Fuente: publimotos