La diferencia en el precio es apenas la punta del iceberg de toda la cadena de desarrollo, homologación y utilidad que hay entre cada uno.

La respuesta tiene varias aristas. Los recambios originales son aquellos que venden únicamente los concesionarios o sus subsidiarias, o las marcas que los importan directamente de su casa matriz. Son partes idénticas a las que tiene su carro cuando fue fabricado, aunque muchas veces incluyen correcciones o actualizaciones que se dan con la información de los usuarios y sus talleres.

Estas partes son más caras porque garantizan el inmediato y exacto funcionamiento y compatibilidad, están debidamente homologadas, pero llegan luego a una cadena mucho más compleja de comercialización. Por ejemplo, el proveedor le vende a la fábrica y gana su parte; esta a su vez le carga su utilidad. Luego vienen los cargos de transporte, aduanas, impuestos, almacenamiento para el representante en el país, que los suma y también su ganancia. Finalmente, el repuesto pasa al concesionario, que también tiene una utilidad importante, del 20 por ciento y más, y le carga el lucro cesante de las piezas parqueadas en los estantes. Usualmente, la matriz controla el precio público final de las piezas en las vitrinas de sus agentes.

Existe un segundo nivel de autopartes, con diferente rango de aproximación al componente original y a las cuales les aplican diversos nombres: genuinos y homologados, los más comunes. Muchas son fabricadas por los mismos proveedores del equipo original y las venden directamente a distribuidores fuera de las redes oficiales, obvian una parte de la cadena y ofrecen mejores precios.

Otro escalón son las partes copiadas por autopartistas genéricos, sin que haya garantía de que funcionen como las originales, pero suelen proceder de fabricantes que tienen el conocimiento y las reproducen para venderlas a un menor costo, pues no han hecho inversión en desarrollo ni homologación. Acá aparecen muchísimas marcas reconocidas de componentes cuyo precio es más asequible, y su origen averiguable es prenda de correcto funcionamiento. Además, el mercado lo reconoce o rechaza rápidamente ante la respuesta de los usuarios finales.

Por último, hay la copia o creación por autores de tecnología desconocida, en lo cual son maestros los asiáticos para vender imitaciones y sustitutos aún más baratos, pero de los que no se da fe de su desempeño, salvo por el acumulado de experiencias de quienes los instalan.

¿Cuál repuesto comprar? Con el carro fuera de garantía, es sabido que los dueños quedan espantados por el costo de las partes oficiales y recurren al mercado paralelo, donde hay de todo y el precio será el indicador de calidad o duración, puntos que el voz a voz de los talleres va juzgando, y en base a eso los mismos vendedores de la parte dan una garantía corta. Si lo hacen es porque saben que la pieza va a “trabajar” decentemente durante un tiempo mínimo.

 

Fuente: Motor