Un buen conductor no es aquel que tiene pericia o ciertas habilidades para llevar el timón. Es mucho más que eso. Un buen conductor es el que respeta las normas de convivencia en las calles. Que entiende que hay otros actores viales que también tienen derecho a estar en las calles.

Un buen conductor se nota cuando hace uso correcto de las herramientas que el vehículo tiene para garantizar la seguridad. Esto es, sentarse correctamente y saber tomar el timón, utilizar el cinturón y asegurarse de que sus compañeros de viaje lo usen, ajustar el apoyacabezas y controlar la velocidad, entre otros.

Para ser un buen conductor la persona debe contribuir con la seguridad en la vía, respetar los pares y semáforos, ceder el paso a los peatones, ser amable con los demás conductores y darles paso cuando estos lo pidan. Al respeto por las normas de tránsito hay que sumar la educación y la cultura.

Póngase en el lugar del otro: No hay nada mejor que tratar a los otros, como le gustaría que lo trataran a uno. Pensar en el bienestar común es la mejor manera de hacer que las cosas cambien. Si no le gusta que lo cierren, no cierre; si le molesta que no le cedan el paso, cédalo usted. Es difícil pero haga el intento y notará que la gente empezará a reaccionar positivamente frente a sus gestos.

 

Fuente: motor