Según el reporte del Registro Único Nacional de Tránsito, Runt, en 2018 se matricularon 547,296 motocicletas nuevas, de las cuales cerca del 93 por ciento fueron de ensamble local y el 7 por ciento restante importadas. Eso ubica a nuestro país como el segundo productor de motos de la región.

¿Pero cómo se mueve este mercado de las dos ruedas? En principio hay que mencionar que existen dos grupos, Auteco y Corbeta, que lideran las ventas con sus marcas Bajaj, Kymco, Kawasaki, KTM y Victory; y AKT, TVS y Royal Enfield, respectivamente. A estas las siguen Yamaha, Honda, Suzuki y Hero.

Al cierre de 2018 la participación de Auteco fue del 31.1 por ciento, el de Corbeta fue del 19.6 por ciento, Yamaha reportó un 18.7 por ciento y Honda el 16.9 por ciento. Algo más abajo estuvieron Suzuki, con el 8 por ciento, y Hero con el 3.5 por ciento.

Las preferidas por los colombianos, con un amplio margen, son las conocidas como street, o de calle, pues en 2018 comprendieron el 72.93 por ciento de participación.

Le siguieron, muy lejos, las scooter, que con un 11.28 por ciento mostraron una leve caída frente a su participación en 2017. A su vez, el rango de cilindrada más popular es el que está entre los 111 y 135 cm3, pues representó el 38.70 por ciento del total.

Esto no es de extrañar. Por un lado hay que recordar que aquellas motos de menos de 125 cm3 están exentas de pagar impuesto y gracias a que son máquinas sencillas y carentes de mayor tecnología (muchas, incluso, conservan alimentación por carburador), sus precios promedian los cuatro millones de pesos.

A esto debemos sumar también las facilidades de compra que ofrecen los concesionarios, la posibilidad de utilizarlas como herramienta de trabajo o los precios reducidos para su mantenimiento periódico, aspectos económicos que han ayudado a convertir a las motos en el vehículo preferido de los colombianos.

Como mencionamos, gran parte de las motos comercializadas en el país son ensambladas localmente, abasteciéndose, según la Andi, por cera de 60 proveedores nacionales que producen partes plásticas, eléctricas, electrónicas y de metalmecánica para las diferentes piezas que componen la moto.

Suzuki, por ejemplo, nos dice que localmente implementa piezas para chasís, el brazo oscilante, manubrios, soportes, cubiertas plásticas, guardabarros, cubre cadenas, ramal eléctrico, direccionales y espejos. De su portafolio, 18 modelos entre los 110 y 650 cm3 son de ensamble nacional.

Y por supuesto que esto tiene una gran influencia en la economía. La Andi estima que entre empleos directos e indirectos el sector de las motos genera unos 75.000 en todas las regiones del país, incluyendo también lo que tiene que ver con “inversiones de innovación, desarrollo tecnológico, responsabilidad social, concesionarios, talleres, entre otros”.

En cuanto al abastecimiento de partes (CKD) para el ensamble, el origen es variado pero principalmente asiático. Según el mencionado reporte de Fenalco y la Andi, al cierre de octubre de 2018 India había aportado el 47.8 por ciento del CKD, seguido por China con el 35.8 por ciento. Muy lejos les siguieron Taiwan (4.5 por ciento), Tailandia (4.3 por ciento) e Indonesia (3.0 por ciento).

Hablando de importados, el reporte indica que China fue líder con el 45 por ciento (15.173 unidades), seguido de India con el 36 por ciento (12.129 unidades). Brasil e Indonesia marcaron el 6 por ciento, Japón el 3 por ciento y Alemania el 2 por ciento.

Los aranceles que deben pagar dependen de la cilindrada de la motocicleta. Para aquellas de hasta 50 cm3 corresponde al 15 por ciento, para las de 50 a 800 cm3 es del 30 por ciento y para las de más de 800 cm3 es del 15 por ciento.

No hay duda entonces de la importancia del sector de las motocicletas, tanto a nivel económico como a nivel social, misma razón por la cual se debe dar aún más importancia a aspectos como la seguridad, promoviendo la implementación obligatoria de elementos como los frenos con ABS, una estricta reglamentación para comercializar cascos más seguros y endureciendo y haciendo más estricto el proceso para la expedición de la licencia de conducción.

Si a exigencias como estas se les presta toda la atención que necesitan, yendo mucho más allá de campañas, la importancia de las motos no solo servirá para inflar cifras de mercado e industria sino para aprovechar sin contratiempos (que podrían evitarse) las ventajas que ofrecen en cuanto a movilidad, trabajo y, claro, diversión.

 

Fuente: Motor