Cuando vieron el puesto de control de la Policía en la vía, el parrillero se lanzó de la moto y salió a correr. Luego de hacerle el pare al conductor, el registro (requisa) y el comparendo por infringir la norma que prohíbe el pasajero hombre en este tipo de vehículo en Cali, el motociclista ya iba a emprender su marcha de nuevo.
Pero el agente notó algo raro en la moto y decidió revisarla. Resultado: halló un arma de fuego original (pistola) camuflada en la latonería. Así que además del comparendo por llevar parrillero, el conductor fue judicializado por la Fiscalía por porte ilegal de armas, y la moto fue inmovilizada y pasó a Sijín automotores.
El infractor, de unos 45 años, se defendió diciendo que la moto no era suya y era prestada, pero fue capturado mientras la Fiscalía y la Sijín investigan quién es el dueño del vehículo.
A este señor se le impuso uno de los 389 comparendos que la Policía ha impuesto en Cali desde el 4 de enero de 2019, cuando se expidió el decreto que delegó en la Policía el control al parrillero hombre, hasta el 4 de febrero pasado, aplicando el Artículo 35 numeral 3, referente a desacato a la autoridad, ya que dicha restricción es una norma ya establecida por la Alcaldía.
“En el Distrito de Aguablanca es muy común que la gente compre una moto y no haga el traspaso, pero, además, el señor mencionado, debió haber verificado que ese vehículo no tuviera un arma camuflada antes de conducirla”, explica Lina Hernández, patrullera de la Policía Metropolitana de Cali, en la Estación Los Mangos, en el oriente de Cali, zona donde más se infringe la restricción del parrillero.
Justamente esa es una de las razones que más esgrimen los infractores en esa zona. “Es que estamos en el Distrito”. O van más allá y arguyen: “Ustedes no son autoridad de tránsito, no se tienen que meter en esto”, cuenta la uniformada.
El intendente Samuel Tulcán, del grupo de capacitación del Código Nacional de Policía para la Policía Metropolitana de Cali, confirma que muchas personas se muestran asombradas con la norma y cuestionan porqué la aplica la Policía, demostrando su falta de conocimiento.
Al constatar que el acompañante es mayor de 14 años y el agente les empieza a hacer el comparendo, los involucrados reclaman: ‘Ah, pero, ¿y por qué los agentes de tránsito no nos dicen nada?’. “Pero la acogen al ver que el agente tiene el conocimiento y argumenta que la falta no tiene nada que ver con tránsito, porque es una conducta contraria a la convivencia y se decretó como medida de seguridad, porque muchos de los delitos que se cometen, son con parrillero hombre en moto”, sostiene el intendente Tulcán.
En efecto, Juan Carlos López, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Peñón, barrio donde en diciembre pasado se presentaron dos homicidios casi simultáneos cometidos por sicarios en moto, sostiene que la medida sí ha surtido efecto.
“La gestión de la Policía sí ha funcionado en esta zona, aquí se ha reducido el fleteo, los hurtos han mermado, porque hay presencia de la Policía, además de un CAI que opera de 8:00 de la mañana a 12:30 de la medianoche; en la madrugada sigue el patrullaje de la Estación Fray Damián; por todo esto ahora me siento más tranquilo”, declaró el líder comunal.
No obstante, el experto en seguridad, Ricardo Montealegre, residente en Cali, considera que la medida sería buena siempre y cuando la hicieran efectiva. “Lastimosamente es selectiva, o sea, que se hace detener la moto, de acuerdo a la cara de los tripulantes”, reclama.
Montealegre observa que “la medida es ineficaz debido a los pocos controles que la Policía puede realizar de acuerdo a su capacidad de acción. Más allá de una medida sancionatoria, le falta socialización, sensibilización y pedagogía de la norma como tal”, sostiene.
Y acto seguido, cuestiona: “Pero, ¿cómo pedirle a la gente que haga caso a la norma cuando la misma autoridad la incumple? Vemos muchos policías de civil en moto con acompañante hombre… La gente rechaza el delito cuando quien los respalda hace cumplir las leyes”, denuncia Montealegre.
Ciudadanos como el que tomó las fotos que ilustran este artículo, se quejan de que “en la zona de ladera de Cali la prohibición del parrillero hombre en moto es un canto a la bandera” y muestra tres casos distintos tomados en la mañana del viernes en vías arterias.
Aunque parte de clubes moteros de la ciudad rechazan la medida y reclaman el derecho de los ciudadanos a transportar a sus familiares, hay casos que denotan cierta intencionalidad.
Como el que relatan los agentes que vieron en un semáforo a dos jóvenes en moto, que al ver la Policía se asustaron y se cayeron. Los agentes fueron a prestarles auxilio, pero ellos se negaban a recibir ayuda. Ante esa actitud tan sospechosa, los registraron y en efecto, les incautaron una pistola 9 mm. que llevaban en un morral.
De ahí que los agentes de Policía sean muy acuciosos en revisar bolsos, mochilas, vehículos y todos los elementos, inspirados en casos como el del hombre que camuflaba un arma de fuego en el casco. “Le habían hecho una cavidad con la forma del revólver que encajaba perfecto en la espuma que lleva el casco por dentro y luego le habían sellado con pegante la tela que hace contacto con la cabeza”, cuenta la patrullera.
Otros se tornan groseros y los atacan con un arsenal de palabras soeces; o pasan su documento de identificación, pero se niegan a pasar los de la moto, o se comportan tan agresivos, que es necesario pedir unidades de refuerzo.
La más común es cuando el infractor rechaza el comparendo y convoca a la ciudadanía a que lo auxilie por un supuesto atropello de la Policía, intentando provocar una asonada. ‘Miren, la Policía está cometiendo una injusticia’, ‘están haciendo lo que no les corresponde’, son frases que este tipo de infractores repiten a grito herido en la vía. “Y la gente sale de las casas a defenderlos, muchos se involucran sin saber el porqué y comienzan a grabar buscando dañar la imagen de la institución”, relata la agente.
En esos casos los infractores se llevan tres sanciones: comparendo por parrillero hombre; comparendo por irrespeto a la autoridad (los agreden), o por desacato (huyen del puesto de control y es preciso hacer una persecución para capturarlos), y la tercera, es la judicialización por porte ilegal de armas con la respectiva inmovilización de la moto.
En opinión de la patrullera, el decreto que prohíbe el tránsito del parrillero hombre les sirve especialmente a los agentes del cuadrante, porque cuando se reporta un hurto o cualquier otro delito, es más fácil perseguir a un solo hombre, el conductor, que cuando son dos.
“Entonces, la medida sí ha contribuido a reducir los índices delincuenciales de la ciudad porque permite capturar al responsable del hecho delictivo”, comenta.
Como cuando les reportan una moto hurtada, al hacer el plan candado, aparece un motociclista con parrillero, que al tratar de aplicarles la medida, resultan ser los ladrones que han amenazado al dueño del vehículo con arma y tratan de huir, pero con la restricción, la Policía logra recuperar la motocicleta y judicializar a los delincuentes por hurto.
DESCONOCIMIENTO DE LA NORMA
Los uniformados coinciden en que la norma se infringe más que todo por desconocimiento. “Porque no leen, no ven noticieros, no se informan y se les hace extraño cuando uno les hace el pare porque llevan parrillero hombre”, dice la patrullera Lina Hernández. Y cuando les preguntan porqué lo hacen, responden: ‘Es normal, es que este vehículo es para dos personas’.
Entonces tienen que informarles que están aplicando el artículo 35 numeral 3 del Código Nacional de Policía, Ley 1801, por desacato al decreto municipal 0023 del 4 de enero de 2019, que sanciona una norma que ya está tipificada.
El intendente Samuel Tulcán recalca que las medidas correctivas son el comparendo (multa) y un curso pedagógico, que se aplican al conductor, porque él es el que autoriza que un mayor de 14 años vaya en su moto. No se le inmoviliza la moto, (salvo que se le detecte que porta un arma y da judicialización).
Quienes se acogen al comparendo, reciben un descuento del 50 % por hacer el curso pedagógico en las Casas de Justicia de Siloé y de Alfonso López. Allí, profesionales de la Alcaldía, en una hora les dictan charla sobre la normatividad y la Ley del Código Nacional de Policía con videos didácticos.
ARMAS
Hasta febrero 6 de 2019, la Policía había incautado 91 armas de fuego ilegales y 6 con permiso, que igualmente son decomisadas en virtud de un decreto nacional que prohíbe su porte.
En 2018 se decomisaron 148 ilegales y 10 con permiso en el mismo lapso. En armas blancas, en 2019 van 694, mientras el año pasado fueron 705.
La estadística no discrimina cuántas, pero sí un gran porcentaje resultaron confiscadas a personas que se movilizaban en moto.
Esas armas son blancas, de fuego, hechizas o artesanales, las que además dan inmovilización del vehículo. También se han incautado armas de fogueo a parrilleros o a conductores de moto.