¿Sabe usted cuál fue el primer vehículo de dos ruedas que se produjo en serie, con fines comerciales? No hablamos de la Reitwagen de 1885; en Publimotos lo invitamos a conocer el modelo Hildebrand & Wolfmüller de 1894.
Cada vez son más los modelos de motocicletas que llegan a estas latitudes del mundo. No hace mucho, y solo para citar, en Publimotos presentamos las Zontes 350: máquinas premium que llegaban al mercado colombiano, como el resultado de la alianza entre un fabricante chino y una ensambladora local… pero, se ha preguntado usted: ¿cuál fue la primera motocicleta que se produjo en serie, con fines comerciales? En este medio de comunicación lo hicimos, y ahora le contamos acerca de la Hildebrand & Wolfmüller de 1894.
Resulta que el vehículo fue una obra alemana de los hermanos Hildebrand, Henry y Wilhelm, junto a Alois Wolfmüller y el mecánico Hans Geisenhof. Entonces, encontrábamos un diseño heredado de un prototipo a vapor que ya se había desarrollado en 1889, por los mismos inventores, y que ahora montaba un motor bicilíndrico de 1.488 cc de cuatro tiempos, refrigerado por agua… sí, leyó bien: resulta que los motores de 4 tiempos no son un invento tan reciente. Entonces, para su tiempo, y con 2,5 Hp a 240 rpm, encontrábamos una bestia que podía recorrer las carreteras europeas a 48 Km/h.
Ahora bien, en 1894 se patentó el modelo, y, enseguida, se comenzó a fabricar en Múnich. Del ejemplar se construyeron cerca de dos mil, y hay reportes de que, bajo la misma patente y sobre la firma de Duncan y Superbie, también se fabricó en París. Sin embargo, con un alto precio de venta y en un clima mundial de competencia feroz, con empresas como Indian Motorcycle Manufacturing Company y Harley-Davidson, por mejorar los primeros modelos de motocicletas que aparecían, además de la escasez de materias primas a raíz de la Primera Guerra Mundial: la ahora fábrica de Hildebrand & Wolfmüller cerró sus puertas en 1919.
A la fecha, podemos encontrar el modelo Hildebrand & Wolfmüller de 1894 en museos europeos como el de Ciencias de Londres, o en el Henry Ford de Detroit, en el país del norte. Como dato extra: para el 2010, conocimos que la prestigiosa casa de subastas británica Bonhams puso a la venta un ejemplar en estado «conservado», sin restauración alguna: esperando entonces unos 68.000 euros.