Esta ‘sugerencia’ de cambio nace de la creencia de que las piezas lubricadas se han gastado y hay más espacio entre estas, por lo cual un aceite más grueso suple las tolerancias perdidas en los materiales. O sea, dicen, si usa 15W30, pásese a uno con final en 40 o 50 para proteger el motor.

Hay muchas tesis y teorías escritas y al aire al respecto. Buscamos en muchas fuentes y no hay una consideración técnica para hacerlo y, más bien, abundan las razones para que el motor muera con el mismo aceite que nació.

Primero, es imposible suplir con viscosidades mayores en los lubricantes o con aditivos ‘mágicos’ adicionales el metal que se fue de las partes. Recuperar las tolerancias con agentes externos no es viable y ninguna viscosidad de aceite lo logrará.

También se debe pensar que las partes no se gastan simétricamente, luego refaccionarlas para que vuelvan a un ajuste total perfecto a punta de aceites y jarabes es aún más imposible.

Aclaraciones fundamentales: la viscosidad es la facilidad de fluir que tiene un aceite a una temperatura controlada en laboratorio y se da en dos extremos: el bajo, para cuando el aceite (léase motor) está frío, y el alto, para su comportamiento en caliente.

EL ACEITE FLUYE ENTRE LOS PISTONES

Esta propiedad en nada influye en los desgastes, pues para eso el aceite lleva aditivos muy específicos, sobre todo zinc, que hacen ese trabajo. Ese paquete de aditivos y su formulación es lo que hace en el fondo la diferencia entre las marcas, porque la mayoría arma su jarabe sobre una base de aceite genérica para todos.

El aceite circula y fluye en las partes del motor gracias al impulso de una bomba. En la zona del cigüeñal y las partes del eje de levas e impulsadores hidráulicos de las válvulas la película de aceite se logra con presión. En los cilindros y los anillos es por salpique y arrastre del anillo rascador que va en la parte baja del pistón.

Pero la presión no es la que evita el desgaste. Lo hace una película del aceite que se interpone entre dos piezas que se mueven y esta hace su trabajo aprovechando que los líquidos son incompresibles. No se pueden espichar.

Luego, si hay buen flujo y cantidad de aceite en el sitio, las partes no se tocan, y para que el aceite cumpla ese papel tiene muchos aditivos que mantienen sus propiedades y que no siempre son compatibles con elementos externos adicionales, por lo cual no se recomienda agregar aditivos. El aceite de buena marca viene con todo lo necesario para su trabajo.

Considerando esto, mientras más fluido sea el aceite, es decir, más bajo su índice de viscosidad, mejor se mantiene la película en frío y en caliente, luego no hay una razón válida para cambiar los índices formulados por la ingeniería de los fabricantes, que hicieron largos estudios seguramente más válidos que la recomendación empírica del ‘cambiadero’.

EL ABC DE LOS ACEITES

No hay cuento de aceite ‘grueso’ que supla el uso del motor, luego es mejor seguir con lo que dice el manual hasta la muerte de la máquina, y esta se adelanta o atrasa por las propiedades antifricción del aceite y no por su viscosidad.

Si hay piezas rayadas o en proceso terminal, o cilindros sin sellado por cuyas paredes el aceite se pasa a la cámara y se quema, eso sucederá con cualquier aceite que le ponga.

 

Fuente: Motor