Aunque al comprar un casco entran en juego variables como el precio o el diseño, lo cierto es que no es una decisión que deba tomarse a la ligera y mucho menos dejando de lado la seguridad que este ofrece. El primer paso: escoger la talla adecuada.

Tal como con las prendas de vestir, los cascos se dividen en tallas, pero a diferencia de estas, en el caso del casco la talla es apenas una parte de la historia.

Por un lado, no todas las personas tienen la misma forma de la cabeza, así que si bien la medida que se toma con una cinta métrica especial puede dar el primer indicio de cuál será su talla adecuada, la forma más efectiva es midiéndose el casco.

Por esta razón es que hacer la compra por internet no siempre es lo más recomendable pues no se tiene certeza de cómo quedará. Lo ideal es que quede fijo contra la cabeza, sin hacer demasiada presión (hay que tener en cuenta que el acolchado interno irá cediendo), y que al tratar de moverlo hacia adelante o hacia atrás este no se deslice.

Una vez en uso hay que prestarle atención a su estado. Lo más importante es mantener el visor lo más limpio posible para evitar distorsiones a la vista; pasarle un papel mojado y luego uno seco bastará. Si va a limpiar el exterior puede hacer el mismo proceso; evite usar productos químicos que afecten la estructura.

Los acolchados interiores tampoco se deben descuidar, más cuando siempre están en contacto con el pelo y la cara y pueden absorber su sudor o suciedad general. Cada fabricante suele acompañar su casco con recomendaciones para este tipo de cuidado, así que lo mejor es seguirlas al pie de la letra.

Según la Snell Foundation y el Esquema de seguridad de cascos, Sharp, la vida útil de un casco es de unos cinco años, o de tres si se utiliza regularmente. Esto en razón de que los elementos exteriores, así como aceites del pelo, sudor y cosméticos van degradando sus propiedades. Además, en el lapso de cinco años se suele dar un avance importante en el desarrollo, producción y materiales.

Cuando no se esté utilizando, lo ideal es mantener el casco dentro de su bolsa protectora, alejado de fuentes de calor y en sitios donde se evite que se caiga y se golpee. No lo deje sobre objetos duros, como el espejo de la moto, pues esto va afectando el acolchado interno. Hay que tener en cuenta que el casco actúa como un “absorbente” y dispersor de la fuerza de un impacto, por lo que una estructura (interna o externa) que pierda su forma y propiedades no actuará como debería en caso de un golpe o impacto.

Ahora, la pregunta de muchos: si se le cae su casco, ¿debe reemplazarlo inmediatamente? Según Snell, “el verdadero daño se da cuando el casco entra en contacto con un objeto cuando está puesto en la cabeza”. Si se cae al piso accidentalmente o recibe algún golpe, es probable que no haya daños internos de gravedad que obliguen a cambiarlo, pero esto solo lo puede determinar un experto mediante una inspección. Si en cambio hay daños visibles, cámbielo.

Finalmente, algunas personas deciden personalizar el casco por medio de pinturas, algo que se debe hacer con mucho cuidado y solo con profesionales. La razón es que se tienen que utilizar pinturas especiales que no degraden los polímeros de la coraza, al tiempo que si se requiere desarmar y volver a armar el casco, un error podría costar caro.

Tipos de cascos

Integral: tal vez el más común y el que se considera como más seguro. A excepción del visor, es totalmente cerrado y ofrece protección a toda la cabeza; está mejor aislado de los elementos y suele ser también uno de los más silenciosos.

Abierto: tienen el frontal descubierto. Aunque algunos cuentan con un visor, la protección no es una de sus virtudes. Entre sus principales ventajas están el hecho que permiten una mayor visibilidad.

Abatible: combinan lo mejor de los integrales y de los abiertos, pues su frontal se puede levantar para mejorar la visibilidad o ventilación; debe mantenerse cerrado cuando se está en movimiento. Suelen tener un menor aislamiento del ruido y ser más pesados por su mecanismo, que en los de menor calidad puede ceder en un impacto.

‘Off Road’: se caracterizan por su frontal alargado diseñado para proteger de piedras o escombros. Suelen tener una visera superior y se combinan con gafas aparte o un visor como el de los otros cascos.

 

Fuente: motor