La principal función de un casco es evitar o mitigar las lesiones a la cabeza en un impacto, y con la Resolución 1080 que establece el ‘Reglamento Técnico de Cascos’, el gobierno nacional busca que los fabricantes, importadores y comercializadores sean los responsables por dar cumplimiento a las condiciones técnicas de seguridad.

Sin embargo, no todos están conformes con esta resolución. Giovanni González, director técnico de Cesvi Colombia, afirma que “si bien la modificación es oportuna, porque acoge la norma Europea R22.05 y le exige a las fabricantes de cascos calidad, se podría quedar corta al no incluir las pruebas de penetración en la coraza, como lo hace la prueba Snell de seguridad, y dejar solo la de absorción de impacto”.

Por su parte, Germán Acevedo, director del Centro de Innovación para Motociclistas, comenta que “es un error crear una norma técnica que no tiene una red de laboratorios de certificación (…) la DOT es una norma de autocertificación que se disputa en mediocridad con la 4533, y el camino correcto hubiera sido adoptar la ECE (norma europea), que permite acceder a la red europea de laboratorios de certificación”.

Según el Ministerio de Transporte, en un año los fabricantes y comercializadores de cascos en el país no podrán vender los no homologados y solo podrán comercializar los que tengan el Certificado de Conformidad emitido por un organismo de certificación debidamente acreditado.

Es importante dejar claro que quien valida la calidad de un casco son empresas certificadoras como Bureau Veritas, SGS, Incotec, entre otras, mas no los fabricantes de cascos o los laboratorios donde se realizan las pruebas.

Juan Camilo Ostos, viceministro de Transporte, aclara que “aún no se hay en el país laboratorios acreditados para realizar las pruebas establecidas en el artículo 7 de la resolución 1080 de 2019”.

A la fecha solo tres laboratorios cumplen con los requisitos para la realización de pruebas de la norma NTC 4533 anterior a la actualización. Dos son de propiedad de fabricantes de cascos nacionales y el otro es privado.

Por este motivo los ensayos requeridos para la expedición de los Certificados de Conformidad se deberán realizar en laboratorios acreditados por los organismos de acreditación que hagan parte de los acuerdos de reconocimiento multilateral suscritos por el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia, Onac.

¿Se debe cambiar el casco?

Es importante aclarar que esta actualización a la norma vigente (NTC 4533 de 2003) no pretende castigar a los motociclistas por tener un casco no homologado. Además, la policía o autoridad vial no tienen las herramientas técnicas ni el criterio para determinar si un casco cumple o no con la norma.

Según Juan Camilo Ostos, viceministro de Transporte, “se buscarán mecanismos para facilitar la renovación de cascos por unos nuevos con la certificación técnica para estratos uno y dos (…) es necesario fomentar una cultura ciudadana de seguridad por parte de los usuarios”.

Cifras suministradas por el Registro Único Nacional de Tránsito, Runt, al corte del pasado mes de febrero, indican que en el país hay más de siete millones de licencias activas para conducir motocicleta, lo que supone el doble si se suma el del acompañante; y se calcula que el 70 por ciento de estos cumplen con la norma 4533 de 2003.

Según Nicolás Jiménez, director de Ingeniería y Desarrollo de Inducascos, “a simple vista no se puede determinar si un casco cumple o no con la norma técnica de seguridad, así tengan los sellos que exige la nueva resolución (…) lo que se busca es que los comercializadores demuestren que los cascos que venden están debidamente certificados”.

Dicha resolución establece también que el Gobierno Nacional deberá tener listo en un año toda la documentación que deberá exigir, tanto la Dirección de Impuestos Nacionales, Dian, así como la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, a las empresas dedicadas a la importación, fabricación y comercialización de cascos en el país.

“Este es un paso importante, pues si bien la norma 4533 establece los criterios técnicos de seguridad, en la práctica los entes de control no tenían la manera de regular y verificar si se estaba cumpliendo con la norma”, afirma Jiménez.

Cómo comprar un buen casco

Para Nicolás Jiménez de Inducascos, “la manera más fácil de identificar un casco seguro es comprándolo en un sito reconocido y donde le den factura (…) el precio no es un buen referente dado que no siempre lo costoso es bueno, ni lo económico malo”.

En cuanto a marcas hay miles y solo bastaría con preguntar a otros motociclistas amigos cuál casco recomiendan ellos dada su experiencia, no solo por la calidad de los materiales sino por el confort que ofrece cada casco, lo cual varía según el fabricante.

“Comprar un casco es como ir a una farmacia a comprar un medicamento”, comenta Jiménez, “todos, incluyendo los genéricos, están debidamente probados y autorizados por el gobierno. La responsabilidad de que el producto sea bueno es del fabricante y no del consumidor”, puntualiza.

Por el lado de los precios se pueden encontrar en el mercado cascos homologados con las medidas mínimas de seguridad por un costo de 100 mil pesos y pueden llegar hasta los tres millones, dependiendo de sus materiales de fabricación, diseño y país de origen.

 

fuente: Motor