Esa es en términos prácticos la consecuencia de la decisión de la Corte Constitucional que tumbó un parágrafo que establecía que los dueños de los vehículos debían responder solidariamente con el conductor que cometió la infracción.
Hasta el momento, las cámaras detectaban la placa del vehículo, se le notificaba la infracción al conductor, este podía informar quien manejaba y transferir la sanción, pero igual quedaba vinculado solidariamente al proceso. Algo lógico, pues responsabiliza al dueño con lo que suceda con su vehículo. Con el fallo, ahora las autoridades solo podrá multar al conductor, para lo cual las cámaras deberán identificar el rostro, algo que no hacen las instaladas en nuestro país.
Las fotomultas son impopulares. Sin embargo, esta tecnología ha contribuido a la reducción de la accidentalidad. Según las estadísticas de Mintransporte, en las ciudades donde se instalaron la mortalidad en siniestros se redujo en un 9%. La explicación es muy sencilla, el temor a las multas redujo sustancialmente la velocidad.
He pagado varias fotomultas, pero defiendo el mecanismo. Este fallo, como muchos en nuestro país, es un absurdo que abre un boquete que será bocado de cardenal de muchos. Vendrá una actualización de la tecnología y con ella un aumento de los comparendos, por cierto ya caros. La otra alternativa es peor pues plantea que las cámaras adviertan sobre la infracción y más adelante un guarda imponga la infracción una vez haya identificado al conductor.
¡Tremendo CVY! Cada vez entiendo menos a nuestra justicia, cada fallo parece tener el objetivo de complicar las ya complejas circunstancias de nuestro país. Es una lástima que se tumbe uno de los pocos mecanismos que ha logrado ponernos en cintura.