Los datos contenidos en el balance del sector tránsito y transporte, revelados esta semana por el Registro Único Nacional de Tránsito, Runt, ponen en entredicho los controles y la eficacia de las autoridades de policía, del Ministerio de Transporte y otros organismos como la Agencia Nacional de Seguridad Vial, ANSV.
En efecto, la información del Runt indica que al finalizar el 2019 el parque automotor estaba compuesto por 15.337.965 vehículos, distribuidos entre vehículos, maquinaria, remolques y semirremolques, de los cuales el 46 por ciento transita sin Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, Soat; y un 56.5 por ciento lo hace sin certificado de revisión técnico mecánica.
De ese gran total, 7.000.286 vehículos (motos, autos, camionetas y pick-ups, entre otros), circulan sin Soat, mientras que 7.065.912 ruedan por calles y carreteras sin revisión técnico mecánica, lo que a todas luces los convierte en un peligro rodante para todos los usuarios de las vías.
Estas cifras tienen varias lecturas o interpretaciones. En primer lugar, si nos apegamos a ellas, esto significa que de nada han servido las pólizas electrónicas ni otras medidas de seguridad para eludir la evasión del Soat y la RTM.
En segundo lugar, ¿qué papel juegan las autoridades de tránsito y en dónde queda la efectividad de sus controles para detectar los carros y motos que ruedan sin Soat y sin revisión técnico mecánica? ¿Hay desidia al dejar circular tanta chatarra humeante?
La tercera lectura, como ya se ha dicho en otras oportunidades en estas páginas y en editoriales de la revista Motor, es que el parque automotor está ‘inflado’, con lo cual cualquier proyección que se haga resulta ‘chimba’ pues en el Runt ‘no están todos los que son ni son todos los que están’.
Veamos: el Runt reporta la existencia en el país de más de 15 millones de vehículos, 8.9 millones de motos y 6.2 millones de todo tipo de carros; y al mismo tiempo informa que hay 8.234.420 pólizas de Soat y 5.624.725 certificados de revisión técnico mecánica vigentes.
Esto nos lleva a dos alternativas, o la ilegalidad impera en las calles y la policía no la ve, o al menos unos cinco millones de vehículos, entre carros y motos no son más que un montón de papeles que certifican que ese número de carros y motocicletas existen, pero en realidad son chatarra inservible con placas, abandonados en garajes, lotes y parqueaderos, sin contar una cifra importante de vehículos de todo tipo que sus propietarios prefieren abandonar en los llamados ‘patios’ de tránsito antes que asumir una deuda impagable en multas e impuestos.
De otra parte, las pólizas del Soat y certificados de revisión técnico mecánica vigentes nos acercan a una cifra más ‘real’ del parque automotor que pondría ese censo en unos cinco millones de motocicletas y cerca de seis millones de vehículos.
Pero esa tarea les corresponde al Ministerio de Transporte y a las Alcaldías municipales, es decir, depurar ese censo automotor para poner las cuentas claras en materia de impuestos y de políticas para la movilidad en las ciudades. Al fin y al cabo, el Runt solo es un notario al que le correspondió en su momento recoger toda la información de las viejas ‘carpetas’ y el historial de las matriculas en Colombia.