Este ejemplar nace en virtud de la tendencia actual de armar motos que emulen otras de alta cilindrada, pero con motores más pequeños, esto con el fin de llegar a mercados más masivos.
Ya estaba en el mercado la versión con el motor de 250 cm3 y ahora incursiona otra con una máquina de 300 cm3, herencia del modelo Ninja de esa misma cilindrada. Dos cilindros, 40 caballos de potencia, 25,7 Nm de torque a 11.500 rpm son cifras importantes que se disfrutan a plenitud cuando se abre el acelerador.
La respuesta inmediata del motor es una ventaja enorme en ciudad y carretera, pues adelantar, salir de una curva o subir una pendiente es sencillo gracias al torque y a una relación de caja corta, que devora las seis marchas sin mayor esfuerzo, mientras mueve sus 175 kilos de peso.
Los frenos funcionan impecablemente y responden con total precisión a la orden del piloto. Para los puristas del manejo –y para quienes les gusta el offroad– es mejor no contar con el ABS, como es el caso de esta moto. Sin embargo, esta ayuda no debería ser opcional, más bien un sistema que quede a discreción de quien conduce.
La agresividad del motor da un carácter muy deportivo a la Versys 300, que en conjunto con la suspensión de recorrido corto respalda ese comportamiento. Es probable que la comodidad se vea comprometida cuando se conduce en ciudad por la dureza en la absorción de las irregularidades de la calle; sin embargo, hay que entender que este aparato tiene un enfoque más de turismo que de offroad, por lo tanto su comportamiento dinámico es el esperado.
A pesar de tener el nombre Versys, la pinta de esta moto es muy diferente a la de sus hermanas mayores: la luz delantera no viene armada con dos unidades independientes, es solo una farola grande dominante. Y los carenados, como el aspecto general de su estructura, son más cercanos a los de otro modelo de Kawasaki: la KLR.
Sin mayores adornos y muy sobria, da la impresión de estar preparada para rodar sobre terrenos más agrestes, porque su nivel de acabados y los materiales con que la armaron son más bien rústicos.
En el tablero, mezcla de análogo y digital, predomina el tacómetro de gran tamaño y buena visibilidad, mientras que los datos de funcionamiento, las distancias totales y parciales, el nivel de combustible, la autonomía de gasolina, el reloj y demás indicadores se muestran en una pantalla LCD sencilla. Se podría decir que es básica, pues cuenta solo con lo necesario.
La Versys 300 es, pues, para quienes buscan una moto divertida de manejar, gracias a la respuesta inmediata del acelerador, su facilidad de maniobra en el tráfico y esa ‘chispa’ que la convierte en una opción versátil para tener en cuenta.
Sin embargo, es el motor el aspecto que más se debe resaltar, pues –como lo dijimos antes– logra un torque impresionante para la cilindrada, al lado de una relación de caja que invita a rodar de pique en pique.
Unas por otras
En términos de habitabilidad, la Versys es una moto que se quedó con lo justo: los controles de la caja (duros de operar), la carencia de ABS y las suspensiones cortas de recorrido pueden pasar factura en trayectos largos. Por el contrario, la posición de conducción es bastante erguida, lo que evita fatigas en la espalda, aunque no así el sillín, cuya dureza castiga a conductor y pasajero en largas distancias.
Ficha técnica
Motor: bicilíndrico de 296 cm3
Potencia: 40 caballos
Torque: 25,7 Nm
Caja: 6 velocidades
Peso: 175 kilos
DATOS
Durante la prueba de manejo logramos llegar hasta los 155 km/h de velocidad final, pero con la seguridad de poder alargarla un poco porque todavía teníamos tacómetro por consumir.
Por 19 millones de pesos, la Kawasaki Versys 300 es una opción para quienes buscan una moto de comportamiento altamente deportivo, con la que pueden viajar apretando el acelerador con decisión y divertirse en su uso diario.